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Paz en La Tierra Santa

¿Qué hacemos cuando no sabemos qué hacer?

A lo largo de nuestra vida, todos tenemos momentos de incertidumbre, ambigüedad o indecisión. Podemos sentirnos pequeños, inadecuados y casi paralizados cuando nos enfrentamos a problemas que asoman, desde nuestros propios asuntos personales hasta crisis mundiales.

Basado en la fe, San Francisco de Asís enseñó sabiamente que cuando no sabemos qué hacer, debemos “orar, obedecer y amar.” Nuestra tradición católica refleja su sabio consejo.

ORAR  En los buenos y en los malos momentos, nos dirigimos a Dios en la oración. A través de la oración, con la que nos damos cuenta de que no somos el centro del universo, elevamos nuestros corazones y pensamientos a Dios. Tal como enseñó Jesús: “Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible” (Mateo 19,26).

OBEDECER  Aunque la oración es el primer paso adecuado, no debe terminar ahí. También necesitamos ser obedientes a Dios, siempre discerniendo: ¿Cuál es la mejor respuesta según el mandato de Dios, de la ley y la voluntad divinas?

AMOR  Independientemente de cómo respondamos a los problemas, nuestras acciones deben reflejar siempre el amor de Cristo, concretamente siguiendo el mandamiento más importante: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu… [y] amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22,37–39).

Desde octubre de 2023, los conflictos en la Tierra Santa se han intensificado hasta convertirse en una horrible guerra. La mayoría de nosotros seguimos las noticias con el corazón abatido y nos sentimos impotentes.

Recientemente, asistí a una cena en Chicagoland (foto a la derecha) en la que Su Eminencia, el cardenal Pierbatista Pizzaballa, se refirió a las realidades en la Tierra Santa.

El cardenal Pizzaballa nació en Italia en 1965 e ingresó a la Orden Franciscana. Es Patriarca Latino y Arzobispo de Jerusalén. El 27 de enero de 2024, nos reunimos en una cena organizada por la Arab American Catholic Community (AACC), que tiene como propósito unir y apoyar a los árabes católicos dentro de los Estados Unidos. También asistieron numerosos Caballeros y Damas de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro. Su misión incluye apoyar y promover la Tierra Santa y proteger la presencia cristiana en la región. Me siento honrado de pertenecer a esta antigua y noble orden y me enorgullece ser testigo de la dedicación y el compromiso de los miembros locales con esta misión.

El cardenal Pizzaballa, que es conocido por sus constantes esfuerzos para promover la solidaridad, el legado cultural y la conservación histórica, el diálogo interreligioso, y abrazar y defender la paz, la justicia y la reconciliación, realizó una presentación de 45 minutos que literalmente mantuvo en silencio a toda la sala donde se realizó el banquete, ya que incluso los camareros se detuvieron a escuchar cada una de sus palabras. Hizo un llamamiento al alto el fuego y se refirió a los inagotables esfuerzos de la Iglesia católica para hacer llegar alimentos y proporcionar refugio, vivienda, atención médica y espiritual a los afectados por la guerra.

También comentó proféticamente que, en lugar de luchar por la paz en la guerra actual, ambos bandos, por desgracia, solo luchan para alcanzar la victoria, una victoria que define claramente un vencedor y un vencido. “La paz no es la victoria,” dijo el cardenal Pizzaballa. “Es la voluntad de ambas partes de renunciar a algo por un bien mayor.”

Dedicó mucho tiempo a sentar las bases de la necesidad de una paz verdadera, una paz que solo se refleja en Jesús. Nos recordó que la paz no es la ausencia de conflicto. Por el contrario, incluye la presencia de la justicia, la reconciliación, el discernimiento de la voluntad de Dios y el deseo del bien común.

En esta Cuaresma, mientras nos preparamos para entrar en este tiempo de oración, ayuno, limosna y caridad, pueden considerar la posibilidad de hacer una donación a una entidad u organización benéfica acreditada que ayude y preste servicios a los necesitados de la Tierra Santa. Al final de este articulo encontrarán algunas sugerencias. Además, el Viernes Santo, en toda la Diócesis de Joliet, se llevará a cabo una colecta para apoyar la obra de los franciscanos que trabajan en la Tierra Santa.

La Tierra Santa ocupa un lugar importante en nuestros corazones y en la historia de la salvación. Es allí donde Jesús nació, creció, enseñó, oró, obró milagros, sufrió, murió y fue resucitado. En solidaridad, unámonos al llamamiento del cardenal Pizzaballa para que cese la violencia y se instaure una paz justa y duradera en la Tierra Santa, dirigiéndonos a Dios con la oración, la obediencia y el amor.

Jesús, Príncipe de la Paz, ruega por nosotros.

Organismos Humanitarios de La Tierra Santa